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Tuesday, August 3, 2010

CUANDO DIOS TE LLAMA A HACER UN CAMBIO

CUANDO DIOS TE LLAMA A HACER UN CAMBIO!


(el costo personal de ser líder en un tiempo de cambio)

La vida de Elías ilustra el costo personal en la vida de un líder que hace los cambios que Dios

pide. Se le recomienda al lector meditar en 1 R. 17-19 para comprender mejor el costo y el gozo

de ser el instrumento de Dios para hacer los cambios que redundan en gloria para él y bendición

para su pueblo.

1. DIOS ESCOGE EL TIEMPO Y AL LÍDER PARA HACER EL CAMBIO.

La vida espiritual de Israel bajo el rey Acab había llegado a su punto más bajo: “porque [a Acab]

le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó a Jezabel, hija de Etbaal

rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal y lo adoró. E hizo altar a Baal, en el templo de Baal

que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que

todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová, Dios de

Israel” (1 R. 16: 31-34) (énfasis agregado).

Los reyes de Israel anteriores a Acab habían andado en el sincretismo, adorando a “Jehová” bajo

la imagen de los dos becerros de oro que Jeroboam había puesto en Samaria (1 R. 12:28-29).

Ahora Acab lleva a la nación hacia la apostasía completa, buscando establecer en todo Israel la

adoración del dios Baal con su templo, su culto y sus profetas.

Dios escoge este momento de crisis espiritual para actuar, y escoge a Elías como su instrumento

de cambio. Elías anuncia que “no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por [la palabra de

Jehová]” (1 R. 17:1). Estas palabras proféticas son el inicio del cambio: Dios no aceptará el

status quo, y hará cambios por medio de su líder, Elías.

De igual manera, Dios escoge un tiempo para hacer los cambios necesarios en la vida de un

grupo, una iglesia o una institución. A menudo lo hace cuando el nivel de fe y crecimiento

espiritual ha bajado a punto tal que pone en peligro el llamamiento divino de dicha entidad. Dios

también escoge al líder o a los líderes por medio de los cuales realizará los cambios. Ser llamado

a colaborar con Dios en estos cambios exige la consagración completa de la vida del líder.

2. CON FRECUENCIA, DIOS COMIENZA EL CAMBIO CON UN CAMBIO EN LA

VIDA DEL LÍDER QUE HA ESCOGIDO.

El primer cambio que Dios hace según la narración de 1 R. 17 es un cambio abrupto en la vida de

Elías. Dios lo envía a esconderse en el arroyo de Querit, y ahí Dios provee agua, pan y carne para

su siervo (1 R. 17:2-6). Es una experiencia nueva para Elías. Tiene que depender de Dios para

todo. Tiene que alimentarse exclusivamente de lo que Dios provee.

Cada vez que el líder inicia un cambio para Dios, tendrá que renovar su dependencia de Dios. A

veces, el líder se encontrará en las mismas condiciones como Elías: aislado, y sin ningún recurso

o esperanza fuera de la provisión de Dios. Serán tiempos de comunión profunda con Dios en

medio de la inseguridad y los temores que la magnitud del cambio provoca en el líder.

3. LA PROVISIÓN DE DIOS NUNCA FALLARÁ DURANTE EL TIEMPO DEL

CAMBIO.

Cuando se seca el arroyo (por falta de lluvia), Dios provee de nuevo para Elías por medio de la

viuda de Sarepta (1 R. 17:8-16). Ella ni siquiera tiene los recursos para proveer para ella misma,

pero Elías le anuncia, “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: la harina de la tinaja no

escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz

de la tierra” (1 R. 17:14) [énfasis agregado].

En el tiempo de cambio, el líder puede confiar en la provisión constante y abundante de Dios. Es

posible que Dios cambie la fuente de la provisión, pero su provisión nunca fallará hasta el día en

que se realice el cambio que él desea.

4. AUNQUE USTED ES EL INSTRUMENTO DE CAMBIO QUE DIOS HA ESCOGIDO,

LOS CAMBIOS NO SERÁN INMEDIATOS.

El capítulo 18 de 1 Reyes comenta el versículo 1 que: “pasados muchos días, vino la palabra de

Jehová a Elías en el tercer año1, diciendo: ‘Vé, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de

la tierra.” A pesar de las condiciones severas de la sequía, Acab siguió en su obstinación,

rechazando el cambio que hubiera traído bendición al pueblo de Dios.

Sin lugar a dudas Elías sufrió física y espiritualmente durante los tres años de sequía. No sabía en

qué momento Dios actuaría, ni qué haría para lograr el cambio que parecía cada vez menos

probable con el pasar de cada día.

A menudo los líderes se encuentran en la prueba más difícil de su vida al no ver los cambios

inmediatos por los cuales han orado con tanto fervor. Es posible que el líder cuestione a Dios o

que se cuestione a sí mismo: ¿Por qué será que Dios tarda tanto en hacer un cambio que

beneficiará su reino? ¿Acaso no me ha llamado a hacer este cambio? Cualquiera hubiera

calificado de fracaso el programa de cambio que Elías había iniciado.

Sobre todas las cosas, el líder debe confiar en el tiempo perfecto de Dios. Con frecuencia Dios

está obrando al mismo tiempo en el corazón de muchas personas y la respuesta de tales personas

en abrir o en endurecer su corazón preparará el escenario para la consumación del plan de Dios.

5. DIOS LE ENSEÑARÁ A SU LÍDER EL MOMENTO PARA LLAMAR A LA GENTE A

SEGUIR A DIOS SIN RESERVAS.

El enfrentamiento en el monte Carmelo entre Elías y los profetas de Baal (1 R. 18:19-39) es uno

de los momentos más dramáticos de toda la Biblia. No fue un enfrentamiento sólo con los

profetas de Baal sino también con la fe enfermiza del pueblo de Israel. Aunque el texto no

registra que Elías haya recibido instrucciones de Dios en cuanto a cómo llevar a cabo este

momento crítico, no cabe duda que Elías actuaba según la guía y la palabra de Dios. Sólo Dios

sabía la manera mejor calculada para demostrar la grandeza de su poder y hacer regresar a su lado

a las personas que “claudicaban entre dos pensamientos” (compare 1 R. 18:21 con 18:39).

En medio de un tiempo de cambio, el líder será tentado a provocar confrontaciones (¡y

votaciones!) que no son del Señor. El líder debe cultivar con cuidado el fruto del Espíritu en su

propio corazón y en sus relaciones interpersonales con los miembros de la iglesia para así saber

cuál es el momento que Dios le está indicando. Al contrario, puede caer víctima a su propio

carácter impulsivo o a la frustración que está experimentando por la lentitud del avance.

1 El tercer año de la sequía. Dr. Charles Ryrie observa, “tres años en Sarepta + el tiempo en Querit = los 3

años y medio de Lc. 4:25 y Stg. 5:17, Biblia de Estudio Ryrie (Grand Rapids, MI: Portavoz, 1991): 528.

En el momento que Dios indique, el líder ha de actuar con una fe decisiva. Vendrá el momento

para hacer el cambio y revertir el deterioro y decaimiento espiritual que ha marcado la vida de la

iglesia. Se nota en las palabras y acciones de Elías que está preparado para este momento

decisivo y que ha pensado detenidamente en los detalles necesarios para que Dios sea adorado y

glorificado. El clamor final de la gente no es, “Elías ganó, Elías ganó”, sino “Jehová es el Dios,

Jehová es el Dios” (1 R. 18:39).

6. RARAS VECES RESULTA QUE LA PRIMERA VICTORIA SEA LA VICTORIA

FINAL.

La victoria de Elías en el monte Carmelo es grande en su magnitud y definitiva en su resultado.

Los profetas de Baal han sido ejecutados y el pueblo se ha vuelto a Dios. Sin embargo, es sólo la

primera victoria y no la final. Jezabel anuncia que acabará con la vida de Elías, y él tiene que

huir (1 R. 19:1-3).

A veces el momento más difícil en un tiempo de cambio viene después de haber ganado una

victoria significativa y haber hecho un cambio importante. A pesar de la victoria, algunas

personas siguen en su resistencia o la intensifican. Las personas que apoyaron el cambio no

siguen adelante con las fuerzas necesarias para completarlo. Bajo estas circunstancias, el líder se

desanima y dice igual que Elías, “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida pues no soy yo mejor que

mis padres.” El líder cree que no vale la pena seguir con su ministerio porque él tampoco pudo

lograr lo que no pudieron lograr los pastores y líderes que estuvieron antes de él. En su corazón

piensa, “Me voy. Nadie puede cambiar esta iglesia y fue una locura creer que Dios me pudiera

usar para hacerlo”.

El líder sabio reconocerá que una primera victoria es sólo un paso hacia adelante, el cual puede

provocar mayor resistencia al cambio. Es natural que el líder se sienta cansado y sin fuerzas para

seguir, siendo ello los síntomas de la intensidad de la guerra espiritual que se ha librado contra los

cambios que Dios quiere hacer. Se debe observar que a lo largo del proceso de cambio, Elías

sufre diversas consecuencias dolorosas (hambre y sed, amenazas, rechazo, fatiga, falta de respeto,

reversas abruptas, etc). El líder a quien Dios usa para hacer un cambio, no puede vivir por

encima de ese cambio, ni exento y protegido de las consecuencias de él. El líder tendrá que

experimentar el dolor del cambio para poder saborear el dulce triunfo que Dios le concederá.

7. ¡USTED TIENE MÁS ALIADOS DE LO QUE PIENSA!

Elías se siente solo y hasta abandonado por Dios. Dios lo lleva a un tiempo de quietud, reflexión

y meditación (1 R. 19:5-18). En esos momentos Dios le hace una pregunta penetrante: ¿Qué

haces aquí, Elías?

Elías responde que se encuentra lejos de la tarea a la cual Dios lo llamó porque está solo y no hay

quien lo apoye: “He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de

Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo

yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 R. 19:14).

La repuesta de Dios es alentadora. Le dice a Elías que tiene más aliados de lo que piensa. Dios

está en este momento levantando personas que de alguna manera u otra se convertirán en aliados

de Elías y el cambio que él está promoviendo. Dios levantará a Hazael como rey de Siria para

disciplinar la infidelidad de Israel2, levantará a Jehú para destruir a la familia de Acab y extirpar

por completo el culto de Baal3, y levantará a Eliseo para atender a Elías y luego seguir adelante

con la obra de restauración. Y para mientras Dios le recuerda a Elías que hay 7.000 personas

fieles a él y necesitadas del liderazgo renovador de Elías (1 R. 19:15-18).

¡Oíga líder cristiano! En medio su desánimo, Dios le dirá algo sorprendente: “no te he dejado

solo; tienes más aliados de lo que piensas.” Dios es capaz de levantar personas de toda clase para

seguir adelante con el cambio que él ha comenzado por medio de usted. Los caminos de Dios son

creativos y diversos, y si usted persevera, Dios levantará a las personas que usted necesite para

realizar el cambio y cumplir con lo que Dios lo ha llamado a hacer. Ellos harán las cosas que

usted no puede hacer, y usted alabará a Dios por no haberlo dejado solo. Dios siempre sabe

formar su propia “coalición de cambio”.

8. SOBRE TODAS LAS COSAS USTED TIENE QUE SER UN LÍDER DE ORACIÓN,

PERSERVERANDO EN ELLA HASTA QUE VENGA LA LLUVIA DE DIOS

PARA RESTAURAR SU OBRA.

No es de dudar que Elías estuvo orando a lo largo de la sequía y el tiempo de cambio. Sin

embargo, Dios lo llama a un tiempo especial de intercesión por la lluvia que el pueblo necesita.

En 1 R. 18:41-46, Elías ora con perseverancia según la voluntad de Dios, sabiendo que Dios

había prometido la lluvia (1 R. 18:1). Seis veces Elías envía a su criado a buscar la respuesta de

Dios, pero no hay. En la séptima ocasión, la respuesta de Dios aparece como “una pequeña nube

como la palma de la mano de un hombre”. La lluvia que luego viene de esta pequeña nube es

abundante, así demostrando en forma palpable la abundante bendición de Dios sobre el

arrepentimiento de la nación y la destrucción de los profetas de Baal.

Como una parte integral e indispensable del proceso del cambio, Dios llama a su líder a orar. Lo

llamará a tiempos especiales de intercesión en los cuales Dios responderá haciendo aparecer una

nube pequeña que vislumbra el cumplimiento cabal del cambio. Escribiendo en el contexto de la

restauración en la iglesia, Santiago nos recuerda que “Elías era hombre sujeto a las pasiones

semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por

tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto” (Stg.

5:17-18) (énfasis agregado).

El líder que intercede fielmente por el cambio que Dios pide, verá la lluvia y los frutos nuevos

que brotan de ella. Será un hombre o mujer de notable poder espiritual experimentando lo que

narra 1 R. 18:46: “y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante

de Acab hasta llegar a Jezreel.”

Jim Adams

SETECA

2 2 R. 10:32-33

3 2 R. 9-11. El ungimiento de Jehú como rey de Israel y la designación de Hazael como rey de Siria fueron

realizados por Eliseo después de que Elías había sido trasladado al cielo. Así que 1 R. 19:15-17 se debe

entender como el anuncio de los cambios que Dios hará según su tiempo y por medio de sus instrucciones a

los profetas. “Dios había escogido a esos dos reyes [Jehú y Hazael] como sus instrumentos principales para

traer juicio sobre la familia real [de Acab] y el pueblo por razón de su idolatría.” C. F. Keil y F. Delitzsch,

Biblical Commentary on the Old Testament (tomo “The Books of the Kings) (Grand Rapids, MI:

Eerdmans, 1959): 260.

noviembre de 2003

Usado con permiso

ObreroFiel.com-

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