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MARRIED FOR 10 YEARS. MOTHER OF 5 PRECIOUS BABIES AND TAKING CARE OF MY SISTER WHO IS 16. LOVE GOD WITH ALL MY HEART.

Friday, August 31, 2012

UNA MUJER DE ORACION


UNA MUJER DE ORACION

Hace ya casi 30 años, mi esposo y yo nos aferramos a una promesa en la Biblia, y hemos edificado nuestras vidas sobre estas palabras. "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" Mateo 6:33. Dios ha sido fiel a su Palabra y nos ha bendecido mucho mas allá de nuestros sueños. Entonces, no es únicamente una teoría lo que comparto, sino lo que he vivido por muchos años.
La mujer que pone al Señor Jesús en primer lugar, que lo busca de todo corazón, será una mujer bendecida en TODAS las áreas de su vida.
Dios dice: "Y me buscareís y me hallareís, porque me buscareís de todo vuestro corazón" Jeremías 29:13. La palabra "buscar" implica acción y esfuerzo de nuestra parte. La persona pasiva, conformista no va a recibir del Señor.
Cada mujer por excelencia necesita un tiempo a solas (de preferencia a la mañana) cuando pueda tener comunión con su Padre celestial. Allí es donde recibe fuerzas para enfrentar el día y sus problemas. No hay persona, ni en la Biblia, ni en la historia, que haya hecho grandes cosas por Dios que no haya sido una persona de oración.
Pero, ¿Cómo orar? Hay mucha gente que nos escribe y dice: "Yo oro, o yo rezo, todos los días y Dios no me escucha". Y puede ser cierto. Hay oraciones que Él no escucha porque son sólo quejas o listas de problemas, pero no oraciones de fe. No es mi intención en este libro dar un estudio sobre la oración, sino deseo compartir un poquito de mi propia experiencia. (Recomiendo dos libros: "La intercesión cambiará su familia y su mundo" y "La oración que da resultados", escritos por mi esposo.
Aunque siempre he tenido una vida de oración, en los últimos años, el Señor me ha enseñado a orar en una forma diferente. Muchas veces uso como patrón el Padre nuestro y cuando llego a la sección:"Venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así tambíén en la tierra", yo oro por mí misma. Digo:"Venga tu reino a mi vida, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en mí. No solo pido que su reino (es decir, autoridad) venga a mí, sino que declaro diariamente que lo estoy buscando a Él primeramente y su justicia.
Yo declaro que soy una mujer de fe, no de duda, y que tengo la mente de Cristo, según la promesa de Dios. También confieso que soy la ayuda idónea que mi marido necesita. Digo: "Señor, quita de mí cualquier rebelión en contra de la autoridad de mi esposo. Ayúdame a honrarlo y respetarlo como tu palabra manda".Por los ojos de la fe tú puedes visualizar la clase de mujer que quieres ser, la esposa, la madre que deseas ser, y empezar a declarar que eres esa mujer. Dios verá tu corazón y al rato no sólo lo dirás por fe, sino que serás esa mujer. Después de orar por ti misma empieza a orar por cada miembro de tu familia. Si eres una mujer casada, ora por tu marido, pero no con quejas. Comienza a verle a Él por los ojos de la fe y declara bendiciones de Dios sobre su vida. Puedes decir así: "Padre, yo pido, y confieso que tú estás obrando en el corazón de mi esposo, que tú estás transformandole en un hombre de Dios, que Él se va a levantar y ser la autoridad espiritual en esta casa". Yo conozco una mujer que ora Proverbios 6:24 sobre su marido, pide al Señor que le "guarde de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña" Y, ¿sabes qué?, el esposo de esta mujer no tiene ojos para otra, sino es un hombre fiel en su matrimonio.
Si tu esposo te es infiel, como en el caso de muchas señoras que nos escriben, aprende a atar todo espíritu de adulterio y , en oración, rompe esa relación ilícita. A la vez desata espíritu de comprensión y unidad en tu matrimonio. Haz lo mismo por tus hijos casados.
Aprende a ser una guerrillera en el Espíritu. Si satanás se ha metido en tu matrimonio, TÚ tienes que sacarlo de allí. No esperes que Dios lo haga, Él ha puesto la autoridad en nuestras manos. No tengas miedo de decir oraciones enérgicas, violentas. Cristo dijo que los violentos arrebatan el reino, Mateo 11:12. La mujer pasiva no va a vencer, será vencida. Hay una señora en nuestra comunidad cristiana, cuyo esposo era adicto a la pornografía y le pedía que participara en cosas degradante. Ella empezó a luchar en oración y ayuno, atando los espíritus de perversión sexual y ganó una victoria grande que la benefició no sólo a ella, sino también a sus hijos. Recuerda, "Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas". 2 Corintios 10:4.
Cuando también una madre ora en fe esta clase de oración enérgica por sus hijos, las cosas suceden. No estoy diciendo que sucederán inmediatamente. A veces requiere semanas, meses, aún años, pero ponte en la brecha, y sé constante en atar espíritus de rebeldía, y en reclamar tus hijos para el reino de Dios. Son útiles las oraciones plañideras: "Señor, tú sabes que mi hijo es un borracho, irresponsable y cómo he sufrido con él". Comienza a verle por los ojos de la fe, salvo y sirviendo al señor.
Después de orar por toda tu familia, ora por tu iglesia, tu patria y tu mundo. Pide al Señor que te dé el corazón de una intercesora.



Tomado del libro "La excelencia en la mujer" "La mujer que transforma el mundo" de Gloria Ricardo

UNA MUJER QUE AMA


UNA MUJER QUE AMA



Hay un famoso Psiquiatra que escribió; "No hay tal cosa como enfermedad mental. Los síntomas negativos que llamamos enfermedad mental son nada más los resultados de la frustración de dos necesidades básicas en la vida: El amor y ser amado. Si nos falta una de estas dos cosas, sufrimos un quebranto emocional".
Amar y ser amado... dos necesidades básicas.
La Biblia lo dice así: "Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor". 1 Corintios 13:13.
No hay nadie exento, todos necesitamos amar y ser amados.
La mujer por excelencia es una mujer que ama porque conoce a Dios y "Dios es Amor".
El amor de Dios es la palabra"Agape" en griego, que quiere decir amor no egoísta, el amor que no demanda respuesta, amor incondicional. Necesitamos entender que esta clase de amor "Agape" no es una emoción, sino una decisión que se expresa en palabras, actitudes y acciones. La mujer virtuosa es una persona que siembra semillas del amor en todas sus relaciones interpersonales, y al llegar a la vejez no tendra temor de ser una anciana abandonada,olvidada y amargada. Ella cosechará el amor que ha sembrado en otros.
1-La soltera: ella puede dar amor "Agape" a sus padres sus hermanos, amistades y otros. Mientras viva bajo el techo de sus padres necesita someterse a ellos, según la palabra de Dios en Efesios 6:1 después de salir de la casa, debe seguir honrando a sus padres, Vers. 2.
2-La esposa: en el capítulo anterior aprendimos como una mujer puede luchar en oración para salvar su matrimonio, pero no debemos malentender y creer que todo se resuelve con "pura oración".
Dios nos ayudará, pero esta esperando que nosotros hagamos nuestra parte. Y ¿Cuál es nuestra parte? Es ser la ayuda idónea, la amante que nuestro marido necesita. Muchos hombres se encuentran frustrados o de malhumor, o aún buscan amores ilícitos, porque en sus propias casa sus esposas se han vuelto frías y lo rechazan.
Las relaciones íntimas que empezaron con tanta ilusión y satisfacción han llegado a ser una rutina en la cuál la esposa nada más "Cumple".
Pero esto no tiene que ser así y la mujer por excelencia no va a conformarse con una relación matrimonial mediocre. Ella va a dar los pasos necesarios para restaurar la chispa del romance en su recámara, porque lo que sucede en la recámara afecta las otras áreas de la vida.
Hay varias mujeres en nuestra comunidad cristiana que enseñan clases de damas y dan consejos bíblicos a señoras cuyos matrimonios han sido destruídos por la infidelidad del esposo. Aparte de la lucha espiritual, enseñan a estas esposas para que vuelvan a conquistar a ese hombre extraviado. Yo me he quedado maravillada con los resultados positivos. Algunos maridos que tenían años fuera de la casa con otras personas han regresado, por las oraciones y las acciones del amor de sus propias esposas.
No te desanimes, sé una mujer valiente, una mujer de superación y Dios hará grandes cosas en tu matrimonio.
3-La madre: las oraciones de una madre por sus hijos son poderosas, pero a la vez es necesario sembrar semillas de amor y comprensión en ellos. Lo que más necesitan y desean los niños es tiempo y atención. La forma en que tu escuchas a tus hijos significará para ellos una de dos cosas: "No me molestes, estoy ocupada", o bien : "Nunca estoy tan ocupada como para no poder escuchar lo que tienes que decirme".
Lo primero hará que el niño se encierre mas en su soledad y comenzará a sentir que es una carga. Pero la segunda forma de escuchar da al niño la seguridad de ser respetado como un ser humano valioso y edifica su autoestima.
Para los adolescentes, lo más importante es la comunicación. Tu comunicarás aceptación o crítica, amor o rechazo, por la forma en que hablas a tus hijos. Sé generosa con tus palabras de afecto y aprobación.
No ames a tus hijos con el amor "Sí" (condicional), o el amor "porque", sino con el amor "de todas maneras". El amor "si" (condicional) dice: "te amo si me obedeces"; "te amo si haces lo que yo quiero".
El amor "porque"dice: "te amo porque sacaste buena nota en la escuela"; "te amo por que escogiste la carrera que yo queria para ti".
Ambas son formas de amor condicional, amor que tiene que ganarse. El amor "de todas maneras"dice: "te amo de todas maneras aunque no tomas las decisiones como yo quería"; "te amo de todas maneras aunque tienes el mismo carácter difícil de tu papá".
Este es un amor sin condiciones.
4-La suegra/nuera: la mujer por excelencia es alguien que acepta a su nuera/yerno como sus propios hijos a pesar de que no sean las personas que ellas habría escogido. Reconoce que sus propios hijos no son perfectos, entonces no demanda perfeccción de su familia política.
Yo leí una encuesta en que se preguntaba: "¿qué cualidades son las que mas aprecias de tu suegra o de tu nuera?" (esta pregunta puede ser aplicada a padres y demás familiares políticos).
Para nueras: ¿Qué espera tu suegra de tí?
a)-Quiere saber que tu amas y aprecia al hijo que ella crió y ama.b)-Quiere saber que tú la aprecias y que aprecias lo que ella a hecho por ti y por él.c)-Quiere disfrutar a tus niños, sin sentir que estás tomando ventaja de ella, y que la quieres tener de niñera.d)-Quiere estar informada de como están tú y tu familia.
Para suegras: ¿Qué espera tu nuera de tí?
a)-Quiere saber, que tú la aceptas y la ves como la "esposa adecuada" para tu hijo. (¿Alguna vez le has dicho que estás contenta de que tu hijo se hay casado con ella?)b)-Quiere que la aceptes como es, y que no la compares con algún otro miembro de la flia.c)-Quiere que seas sensible a la necesidad de tener privacidad en su flia.d)- Quiere que trates, tanto a ella como a tu hijo, como adultos.
A mi me gusto esta oración que encontré de una suegra y madre con hijos grandes:
"Señor, ayúdame a ser una persona servicial sin ser mandona ni entrometida. Enséñame que es posible de vez en cuando que yo pudiera estar equivocada. Ayúdame a no platicar de todos mis dolores, y ayúdame a ser amable, porque una viejita renegada es la obra maestra del diablo".
Si nosotras, las suegras aceptamos a nuestras nueras y yernos como nuestros propios hijos y si los amamos con amor "Agape", sin condiciones, podremos experimentar un pedacito del cielo en nuestras familias


Tomado del libro "La excelencia en la mujer" "La mujer que transforma el mundo" de Gloria Ricardo.

UNA MUJER QUE PERDONA


UNA MUJER QUE PERDONA


El rencor es veneno para el cuerpo y para el espíritu, y si uno no aprende a perdonar, el resentimiento no solo le quitará el gozo, sino contaminará su vida espiritual.
El Padrenuestro dice: "Y perdónanos...como (en la misma manera)perdonamos". NO pudiera ser mas claro si nosotros no perdonamos, no seremos perdonados. Pero tal vez tú estás pensando: "No puedo perdonar, mi marido me ha ofendido grandemente". o dices: "Mi padre me abandonó y no puedo perdonarlo". O tal vez digas: "Mis hijos me han herido profundamente. no siento que puedo perdonar".
Tengo buenas noticias: el perdonar no es una emoción, sino una decisión. Si tú decides perdonar, puedes hacerlo. Aunque tus emociones estén gritando que no lo hagas, de tu voluntad, de tu espíritu, DECIDE perdonar. Luego dí, en voz alta: "Padre Santo, yo perdono a mi marido, a mi padre, a mis hijos y a todos los que me han ofendido". Posiblemente la primera vez que expresas tu perdón, no vas a sentir nada. Pero sigue declarando con tu boca lo que has decidido en tu espíritu, y al ratito empezarás a sentirte diferente. Esa nube negra de rencor y de presión se levantará de tí.
Los que insisten en que no pueden perdonar, en realidad están diciendo que no quieren perdonar. A la esposa que dice: "No puedo perdonar a mi marido porque él ha destruído 15 años de matrimonio". Si no perdonas, el rencor te amargará. No digo que es fácil, solo digo que sí es posible. El Señor no va a mandarnos hacer algo que es imposible.
Los médicos afirman que la raíz de algunas enfermedades físicas es el rencor. Muchas veces, aunque no siempre, la artritis es provocada por este veneno en el cuerpo. Yo he visto a señoras amargadas y acabadas antes de tiempo, transformarse en personas nuevas al decidir y declarar que perdonan. La mujer por excelencia no va a permitir que las heridas de su niñez, ni hijos malagradecidos, ni su esposo infiel, si una suegra entremetida, le roben el gozo de vivir libre de las cadenas de la amargura y el rencor.
Aparte de perdonar a las personas que le ofenden, hay otra persona a quien algunas necesitan perdonar: a ellas mismas. Algunas mujeres no se han perdonado a sí mismas por los errores que cometieron con sus hijos que ya son mayores, o por su parte en un matrimonio que se destruyó y ya es demasiado tarde para salvarlo. Si tú te encuentras en esta situación, te sugiero cuatro pasos sencillos.
1-Aprende lo que puedas de tus errores para no volver a cometerlos.
2-Remedia lo que puedas del daño del pasado. Da pasos para restaurar relaciones rotas.
3-Acepta lo que puedas cambiar.
4-Expresa en voz alta: "Me perdono a mí misma".
Un alemán escribió esta oración: "Señor, dame la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar; la fortaleza para cambiar lo que puedo, y sabiduría para entender la diferencia".
Lee con cuidado los versículos 23-25 del capítulo 18 de Mateo y fíjate en la palabra verdugos, que significa "los que atormentan". Cristo dijo que los que no perdonan serán entregados a los verdugos, que pudieran ser cosas como la enfermedad, el temor o la depresión.
La mujer por excelencia no malgasta sus fuerzas en tener lástima, ni vive lamentando el pasado. Ella convierte los obstáculos de la vida en escalones, y no les permite ser piedras de tropiezo.




Tomado del libro "La excelencia en la mujer" "La mujer que transforma el mundo" de Gloria Ricardo.

UNA MUJER QUE SIRVE


UNA MUJER QUE SIRVE




Jesús dijo que el que quiere ser el primero, será el siervo; también dijo que Él no había venido para ser servido, sino para servir Mateo 20:25-28. Este es el secreto de la felicidad para la mujer: tener un corazón de sierva. Cuando es así, no te ofenderás si la gente no te aprecia o son malagradecidos por lo que haces.
Debemos hacer todo lo que hacemos "como para el Señor y no como para los hombres"
Colosenses 3:23.
¿Aún los quehaceres aburridos de la casa?
Seguro que sí. Cuando estás planchando o cosiendo, sirviendo a tu familia, hazlo como para el Señor y verás que la carga será más liviana.
¿A Dios le interesa nuestra casa y los quehaceres? Tito 2:3-5 dice que las ancianas deben de enseñar a las mujeres jóvenes a ser "cuidadosas de sus casas", entre otras cosas. La mujer por excelencia va a desarrollar su creatividad en el área de su casa para hacerla lo más atractiva posible. No importa si vives en una mansión o en una choza, tú puedes hacer de tu casa un refugio en las tormentas de la vida, y un lugar donde se respira la paz y la tranquilidad. Sé una ama de casa creativa y ordenada.
El libro de Proverbios habla bastante de la pereza. Este espíritu nos ataca a todas de vez en cuando, pero la mujer virtuosa no permite ser dominada por él. El Señor nos ha llamado a ser mujeres espirituales y prácticas a la vez. Una casa limpia y ordenada es un buen testimonio de la presencia de Cristo.
La hospitalidad es una manera excelente de servir que está al alcance de todas. Que tu corazón y tus puertas siempre estén abiertos a otras personas, especialmente a los amigos de tus hijos y a los de tu comunidad cristiana.
Hebreos dice que así "algunos han recibido ángeles sin saberlo" Hebreos 13:2. Algunas de las memorias mas agradables que tengo de nuestro año en la Sierra de Chihuahua, en un pueblito sin comodidades, son de los tiempos en derredor de nuestra mesa, compartiendo con nuestros hermanos cristianos.
Hace poco leí la historia de una madre sola con hijos jóvenes que invitaba a su casa de vez en cuando a estudiantes extranjeros. Ella compartía con estos jóvenes, que estaban lejos de casa y familia, no solo ricos alimentos, pero lo que es mas importante, su fe cristiana. Por medio de su hospitalidad, muchos de estos universitarios han oído del Dios verdadero y de su HijoJesús, y varios le han aceptado como su Salvador.
Tal vez tú estás diciendo: "Yo odio la cocina, no me gusta estar horas y horas preparando platillos elegantes". Esto no es necesario. Aprende recetas sencillas y sé una anfitriona que disfrute de sus huéspedes. La gente no busca tanto la rica comida como busca el amor y la aceptación. "Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que buey engordado donde hay odio" Proverbios 15:17
La mujer por excelencia también servirá en su iglesia y en otros lugares fuera de su casa. Pero, al decir esto, necesito añadir que no descuidará a su propia familia para salir y servir a otros.
Se necesita equilibrio en todo. Algunas mujeres están en reuniones siete dias a la semana, sirviendo en cada comité, mientras su pobre esposo e hijos resienten la obra de Dios.
La mujer sabia atenderá bien a su familia y su casa, pero no será esclava de la casa.
Hoy en día hay muchas oportunidades de servivio para la mujer sola y para aquella cuyos hijos ya no son pequeños. Dios está usando a mujeres para ser una bendición en el área cívica, política, educacional, con enfermos, huérfanos, en el campo misionero y mucho más.
En el estado de California, en los Estados Unidos, había una señora, Candy Lightner, que sufrió la pérdida trágica de un hijo en un choque automovilístico provocado por un chofer intoxicado. En vez de vivir con luto el resto de su vida esta madre cambió su pena en algo constructivo. Ella empezó una campaña en contra de los choferes intoxicados. Ahora no es una sola mujer luchando, sino cientos de miles de mujeres y hombres, inclusive algunos políticos, y han logrado leyes más fuertes de los estados con castigos más severos para los culpables de beber y manejar a la vez. Con las nuevas leyes muchos inocentes están siendo salvados de accidentes automovilísticos.
Esta madre es un ejemplo de lo que una sola mujer puede lograr. Ella cambió su pena en un beneficio para multitudes.
Proverbios 31:20 indica que la mujer virtuosa "alarga su mano al pobre y extiende sus manos al menesteroso". La mujer por excelencia no es una mujer egoísta, es una persona que se preocupa por otros.
En nuestro mundo moderno parece que todo gira alrededor del "yo". Los libros, aún cristianos, las películas, las revistas, casi todo, se enfoca hacia la felicidad personal: MI matrimonio, MIS hijos, MI realización, MI profesión. Todo esto tiene su lugar, pero no debemos perder la visión de que estamos en este mundo para servir a nuestro Dios y para extender su Reino.
Cristo dijo así; "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará". Mateo 10:39
Permita al Señor darle un corazón que abraza al mundo, que puede llorar con los que lloran y sentir el dolor ajeno. Mientras extendemos nuestras manos hacia el menesteroso, el Señor proveerá nuestras necesidades.
La mujer no egoísta que da su vida para servir a otros, es la mujer realizada. Ella es una mujer por excelencia.




Tomado del libro "La excelencia en la mujer" "La mujer que transforma el mundo" de Gloria Ricardo.

CORAZON DE SIERVA


Corazón de sierva
Muchos la discriminaron por su apariencia, incluso su abuela le recomendaba que se recluyera a modo de protección. Sin embargo, Raquel Mairota sorprendió a muchos. El Señor formó en ella un corazón de sierva y la ha sostenido en el ministerio pastoral por más de 50 años.

«Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús.» (Hch 20.24)

Este es el versículo favorito de la pastora Raquel Mairota pues es uno de los versos que han impulsado su vida y le han permitido convertirse en quien es hoy. «De ninguna cosa hago caso», afirma, «pues si yo hubiera hecho caso a mi abuela ahora estaría en un convento».

Ella es una mujer de 72 años, nacida en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Mide un metro y veinte centímetros, por una enfermedad llamada acondroplasia que provoca una forma de enanismo.

Muchos la han discriminado por su apariencia, incluso su abuela le recomendaba que se recluyera a modo de protección. «Ella me decía: cuando seas grande tienes que estar con unas monjas en un convento. Con esas monjas que no ven gente, ni la gente las ve. Ahí vas a estar bien.»

Sin embargo, Raquel siempre fue independiente e hizo caso omiso a las personas que le decían «tú no sirves para nada». A quien sí ha hecho caso, con una fidelidad envidiable, ha sido a Dios. Y día a día ha demostrado una vida de servicio a la comunidad sembrando la Palabra del Señor.

Describe su infancia como alegre y recuerda con especial cariño a su padre, un hombre cariñoso pero severo, quien le contaba cuentos cada noche antes de dormir.

«El amor de todos hizo que tuviera una niñez muy feliz. Iba a un colegio normal, con todas las demás chicas. Como ellas me veían distinta, todas querían jugar conmigo.»

Cuando tenía once años, su padre falleció, lo que impactó fuertemente su vida. Tiempo después su madre volvió a casarse y las cosas en la casa cambiaron en forma radical. Su padrastro tenía ciertos rasgos sicóticos y el tranquilo hogar de antes, se convirtió en un lugar de discusiones y gritos.

Del rechazo a la oportunidad

Quiso estudiar en la escuela secundaria, pero por la estatura no se lo permitieron. Su madre, preocupada por la situación, la hizo estudiar piano, dactilografía, un profesorado en corte y confección y hasta un curso de enfermería. «Mi madre quería proveerme de las herramientas necesarias para poder hacerle frente a la vida. Eran cosas que me gustaban, porque me hacían huir de la realidad. Sin embargo, no estaba satisfecha, había un gran vacío en mí y siempre me preguntaba qué estaba haciendo en esta vida.»

Durante esa época, Raquel asistía a una iglesia católica, donde comulgaba y se confesaba todos los domingos. «Tenía una compañera de estudios que era hija de un pastor y le pregunté si podía ir a conocer su iglesia. Como me dijo que sí, fui a visitar la congregación y me llamó la atención el amor de la gente y su preocupación por saludarme, por ser amables. El pastor predicó sobre el camino ancho y el camino angosto, y me di cuenta por donde andaba. Esas promesas de Dios luego fueron el incentivo para que diera el paso que me estaba faltando para un encuentro personal con él. Eso era lo que me faltaba para luchar y vencer en la vida. Después de mi conversión, le dije a Dios: "¿Y ahora qué puedo hacer?". Pensaba que tenía poco que ofrecerle, hasta que comprendí que él toma incluso lo que a uno le parece inservible. Dios lo transforma y lo usa para lo que él quiere.»

Del compromiso al instituto bíblico

A partir de ahí comenzó su compromiso de servir a Dios. Decidió entrar al Instituto Bíblico de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Buenos Aires. Pidió el formulario y le dijeron que no había vacantes para ese año. El siguiente año insistió nuevamente, pero vio que los directivos la miraban con desconfianza. «Decidí preguntarle directamente al director si él pensaba que mi cuerpo era un inconveniente para servir a Dios. Él se sorprendió por la pregunta y no me contestó. Solo me dijo: "Bueno, pensamos en tu familia…". Yo tenía veintiún años y le respondí: "Mi familia es mi familia, pero yo puedo decidir…". Entonces me explicó que había que hacer trabajos físicos para pagar parte de la pensión y pensaban que yo no podría hacer nada.»

Finalmente le dieron la posibilidad de probar por un lapso de dos semanas para ver si se adecuaba a la vida de estudiante. «Fue muy divertido porque a mí me dieron como tarea una escalera muy chiquita, en cambio todos los demás tenían que limpiar grandes salones. Pero al pasar los días tuve que reemplazar a algunas compañeras en el trabajo y pronto ya estaba encerando todo un comedor.» Al terminar fue aceptada y terminó sus estudios.

Del instituto bíblico al pastorado

«Ahora el problema era dónde me enviaban a trabajar. Porque claro, era como era.» Decidieron enviarla a Alvear, un pequeño lugar en la provincia de Buenos Aires donde la obra estaba detenida hacía más de quince años y solo había una pequeña capilla. Ella vivió en un cuartito que servía de casa pastoral. No tenía servicio de luz eléctrica, agua potable, ni baño, pero Raquel estaba contenta porque era un paso de confianza que le daba la denominación.

«Nunca tuve un sueldo. Alguien me mandaba una ofrenda, pero nunca supe quién era. Comía mucha papa hervida porque era lo más barato en ese momento. Incluso la gente llamaba a mi casa "el palacio de la papa hervida". No había dinero para mi sostén, pero siempre estuve enriquecida por Dios en todas formas. No tenía nada, pero siempre pude dar a los demás. Es dando, como dice Dios, que se recibe.»

Comenzó a invitar a los chicos de la cuadra y como su estatura llama la atención, ellos la siguieron. Esos niños a su vez invitaron a otros y un domingo, se reunieron más de ochenta personas en el templo.

Después de diez años de predicar en ese lugar, la enviaron a Bahía Blanca, también en Argentina. Los hermanos se reunían en un local que había funcionado como carnicería, y en ese mismo lugar vivía Raquel. Todo era muy precario. «Ellos me pagaban un sueldito y los convencí de que en lugar de pagarme ahorraran para construir su templo. Les pareció buena la idea y así comenzó un nuevo proyecto de construcción.»

Después de dos años fue trasladada a Puan, otra ciudad de la provincia de Buenos Aires. En este lugar la iglesia había quedado a cargo de algunas de las familias que más tiempo llevaban en la congregación. Lentamente se fueron implementando nuevos proyectos y sembrando nuevas ideas. Como fruto del ministerio de Raquel en esa ciudad, se convirtió un buen grupo de personas de trasfondo muy humilde, algunas de las cuales continúan hasta el día de hoy en el Camino.

Posteriormente, como el pastor de Curuzú Cuatiá, Corrientes, al norte del país, estaba enfermo y debía dejar el ministerio, y no habiendo a quien enviar, Raquel fue llamada a servir como pastora. «Fui después de pensarlo y orar, para estar segura de que realmente era la voluntad de Dios. Tenía miedo porque iba a una cultura completamente distinta, sin embargo, los pude amar de una manera maravillosa. Como yo era enfermera me ofrecía a los vecinos y eso me abría puertas para predicar el evangelio.»

En este lugar se sintió frecuentemente sorprendida por Dios pues él la hizo incursionar en el ministerio de la radio. El programa, «Para que lo pensemos juntos», ya tenía una buena audiencia por la creatividad del pastor anterior y duró los dieciséis años que ella estuvo pastoreando ahí. «Entonces yo tenía que pedirle día a día al Señor que me diera palabra para compartir con la gente». Esa fue una de las tareas más especiales que tuvo que realizar. Los directores de la radio, que no eran cristianos, le pidieron que creara otros dos programas, uno para mujeres y otro para niños. «¡En mi salsa estaba yo! Porque así podía hablar del evangelio tres días en una radio. Lo hice por un año entero.»

En cuanto a la organización de la iglesia, le llevó tiempo para producir crecimiento. «Yo empecé trabajando con los chicos, pero tenía también un grupo de jóvenes hambrientos por la Palabra de Dios. Estaban en la búsqueda de servir y al poco tiempo los fui incorporando a diferentes posibilidades ministeriales dentro de la iglesia.» La formación de liderazgo la inició desde cero, porque la salida del pastor anterior había desanimado a la iglesia. «Había cierta gente conocedora de la Palabra, entonces, los reunía y charlaba con ellos para ir formando sus vidas.»

De regreso a Buenos Aires

Después de Curuzú Cuatiá volvió a Buenos Aires y se jubiló, al menos en los papeles, puesto que decidió actualizarse estudiando un bachillerato superior en teología con orientación pastoral.

Raquel fue ordenada pastora casi al final de sus años de ministerio, después de treinta años de labor pastoral. Se convirtió así en la primera mujer ordenada de la Alianza Cristiana y Misionera en el mundo.

Ella al igual que Nehemías, el personaje bíblico que le ha servido de inspiración, tuvo que emprender proyectos de construcción de templos en varios de los lugares donde ejerció su ministerio. «No me desprendía de Nehemías, pues viví experiencias muy parecidas, teniendo que tener en una mano la cuchara de constructor y en la otra la espada. Nehemías fue una figura exacta y precisa para nuestra situación.»

Confiesa que el mayor desafío que tuvo durante su ministerio fue predicar. «Yo quería estar segura de que era Dios quien me inspiraba, quien guiaba mis palabras. Lo demás parecía más sencillo; podía tocar el órgano, dirigir la reunión, charlar con los jóvenes, enseñar a los niños, pero el peso de predicar su Palabra fue siempre algo que asumí con mucho temor.»

La relación con los demás pastores de su denominación fue buena e incluso algunos la alentaron a seguir adelante. En general, nunca tuvo una resistencia muy fuerte de parte de los hombres con los que tuvo que trabajar en su ministerio, sin embargo, sí hubo algunos roces. «En la iglesia había un matrimonio que me decía: "no es lo mismo ser mujer que hombre". Yo les contestaba que no veía la diferencia, pues si existía la posibilidad de predicar, enseñar y servir en la iglesia, la había tanto para la mujer como para el hombre. "Dios usa lo que quiere, y muchas veces lo que no sirve" es lo que les decía siempre a mi gente. Hasta el día de hoy Dios sigue usando lo que no sirve, para avergonzar lo que sirve.»

Aunque muchos trataron de hacerle creer que su estatura era un impedimento, ella nunca lo ha considerado así; de hecho el tema de su estatura le ha ayudado muchísimo porque así llama la atención y esto le sirve de puente para predicar el evangelio.

«Solo le agradezco al Señor por ser de la manera que soy, porque nunca lo he considerado una discapacidad. Como mujer he tenido más inconvenientes que por mi estatura, porque algunos dudan del ministerio de la mujer. Sin embargo, yo no he hecho caso, solo he escuchado la voz de Dios. Mi lema durante toda mi vida ha sido amar y servir. Yo le pregunté al pastor con el que me convertí cómo podía agradecer a Dios semejante regalo y él me dijo: "una sola cosa hace falta, ama con todo tu corazón y sirve a los de tu alrededor; con eso Dios estará contento".»

Y justamente eso ha hecho Raquel Mairota 58 años de su vida, desde que recibió a Cristo en su corazón.

Actualmente predica en diferentes congregaciones y organizaciones y colabora en la tarea pastoral de la iglesia de la Alianza Cristiana y Misionera ubicada en el barrio de Blegrano, de la ciudad de Buenos Aires. Vive en el instituto bíblico, donde dice tener mucha afinidad con los estudiantes. «Si lo necesitan soy consejera, pero sin ponerme ningún título, pues las cosas surgen naturalmente. A menudo converso con jóvenes que recién se están iniciando en el ministerio pastoral. Trato de convencerlos —pues creo que debe ser una convicción espiritual— que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, sea lo que sea: hambre, dolor, enfermedad o desesperanza. Yo trato de que ellos no miren lo que les pasa, sino que solamente tengan los ojos puestos en el Señor.»

Raquel ha compartido, desde siempre, la carga que llevan otras personas con las mismas limitaciones físicas de ella. Hasta el día de hoy, dondequiera que el Señor la lleva, aprovecha para entrar en contacto con estas personas, siempre con un mismo objetivo: el poder decirles que la vida es bella, cuando se le enfrenta de la mano de Cristo. Para muchos de ellos, que viven desanimados, amargados o deprimidos por el cuerpo que les tocó tener, ¡esta verdad sí es buena noticia